Hoy es lo que denominamos el NO Aniversario de La Catarina; mucho he hablado y hablado de La Catarina en ocasiones anteriores (revisar mi blog anterior http://chaneks.blogspot.com/2009/01/dos-aos-del-desalojo.html ), pero este año las cosas han sido diferentes. Para empezar, reaccioné dos días después del aniversario del desalojo de las oficinas (17 de enero de 2007), fecha que en los años anteriores había sido casi de luto personal. Hoy por la mañana al revisar mi correo electrónico me topé con el mail de la “mamá catarina”, Pepis, y recordé que un 1 de marzo de hace 10 años un grupo de estudiantes de Ciencias de la Comunicación de la UDLA, apoyados por Josefina Buxadé (Pepis) iniciaron ese proyecto por el que pasamos muchos jóvenes, donde aprendimos tanto de periodismo, donde encontramos amigos que (valga el recurso cursi) son para toda una vida. Ese mail de Pepis ha tenido diferentes respuestas de gente que participó en La Catarina a través de 7 años (los últimos tres años ha existido una Catarina que no es LA Catarina), muchos hablando de la nostalgia, otros de los buenos recuerdos.
Por mi parte, al darme cuenta del NO Aniversario no pensé en los meses difíciles después del desalojo, o la impotencia que nos dejó el que nos quitaran el medio; recordé aquel Consejo Editorial integrado por Sonia, Mónica, Sergio, Nayeli, Gaby Brindis y yo (en especial a los primeros tres), lo que sufrimos para sacar aquel primer número hecho por nosotros solos, la desesperación de esperar las placas, la alegría que nos invadió al ver nuestra Catarina publicada, y después el montón de errores que salieron publicados. Recuerdo ese sentimiento de estar haciendo algo bueno, algo por nuestra comunidad (en ese caso, por la comunidad universitaria) y, sobretodo, la emoción que me daba el probar un poquito de lo que es la profesión periodística. Eso es lo que era La Catarina, un lugar en el cual empezamos a dar los primeros pasos en esta vida que seguimos; hoy los que pasamos por ese pequeño laboratorio estamos dispersos por muchos lados, trabajando en muchos medios (sean o no impresos), pero en el fondo nos sigue uniendo ese detalle, esa experiencia, que aunque no hayamos estado al mismo tiempo trabajando ahí, nos identifica y nos une, porque, como bien decimos “once a catarino, always a catarino”.
(Mónica, su servilleta, Sergio y Sonia, el día que terminamos nuestro primer número como consejo editorial)
Por mi parte, al darme cuenta del NO Aniversario no pensé en los meses difíciles después del desalojo, o la impotencia que nos dejó el que nos quitaran el medio; recordé aquel Consejo Editorial integrado por Sonia, Mónica, Sergio, Nayeli, Gaby Brindis y yo (en especial a los primeros tres), lo que sufrimos para sacar aquel primer número hecho por nosotros solos, la desesperación de esperar las placas, la alegría que nos invadió al ver nuestra Catarina publicada, y después el montón de errores que salieron publicados. Recuerdo ese sentimiento de estar haciendo algo bueno, algo por nuestra comunidad (en ese caso, por la comunidad universitaria) y, sobretodo, la emoción que me daba el probar un poquito de lo que es la profesión periodística. Eso es lo que era La Catarina, un lugar en el cual empezamos a dar los primeros pasos en esta vida que seguimos; hoy los que pasamos por ese pequeño laboratorio estamos dispersos por muchos lados, trabajando en muchos medios (sean o no impresos), pero en el fondo nos sigue uniendo ese detalle, esa experiencia, que aunque no hayamos estado al mismo tiempo trabajando ahí, nos identifica y nos une, porque, como bien decimos “once a catarino, always a catarino”.
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