lunes, 25 de abril de 2016

Se van 141 millones en promoción personal de Moreno Valle



A lo largo del sexenio se han gastado poco más de 141 millones de pesos para la promoción personal de Rafael Moreno Valle por medio de la campañas de publicidad de sus cinco informes de labores.
Si se toma en consideración que cada campaña de difusión de los informes de labores dura 13 días, se estima que por día de promoción personal del mandatario poblano se han gastado dos millones 173 mil pesos, aproximadamente.
Tan sólo en el Quinto Informe de Labores, el cual se llevó a cabo en enero pasado, se destinaron 20 millones 794 mil 135 pesos para la campaña de difusión en periódicos impresos, digitales, radio y espectaculares.
De acuerdo con información solicitada vía Infomex, el gobierno reportó que del gasto total cuatro millones 600 mil pesos se orientaron solamente a la promoción digital del informe, por medio de YouTube y redes sociales.
Para la difusión de promocionales en el portal de vídeos se destinaron 1.5 millones de pesos, mientras que otros 3.1 millones de pesos fueron solamente para la difusión de propaganda en redes sociales y plataformas digitales.
Para esto se contrataron a las empresas Aldea Digital y Next Stop, según el reporte de Puebla Comunicaciones; sin embargo, ninguna de las dos empresas está dada de alta en el padrón de proveedores del gobierno del estado ni aparecen registrados en el Sistema de Información Empresarial Mexicano (SIEM) de la Secretaría de Economía federal. 
Incluso, no se pudieron encontrar portales de estas empresas en internet, por lo que no se tiene un reporte concreto de quiénes son los responsables de las mismas o qué otras campañas han operado.
En lo que respecta a la campaña de difusión del Cuarto Informe de Labores, se destinaron 17 millones 643 mil 423 pesos, información que Puebla Comunicaciones tardó un año en entregar.
Este medio presentó tres solicitudes de información requiriendo estos datos desde febrero de 2015, sin embargo se negaron los datos por diferentes medios, es más la Comisión para el Acceso a la Información Pública avaló la negativa de las autoridades para transparentar este gasto.
Fue hasta que se presentaron cinco solicitudes de información en las cuales se requirió únicamente los montos destinados a la campaña, la promoción en medios impresos, medios digitales, radiofónicos, YouTube y espectaculares, que se pudieron obtener estos reportes.
De esta manera, se reportó que en 2015 el contrato con YouTube fue de 1.6 millones de pesos, mientras que los espacios en diarios impresos representaron 2.9 millones de pesos -cifra que se redujo considerablemente para este año, pues en periódicos se gastaron 1.8 millones-.
Destaca que si bien se pidió el gasto en publicidad en portales de internet sólo se reportaron 39 mil 440 pesos, mientras que este año se alcanzaron un millón 786 mil pesos.
También destaca que en estos dos años se destinaron 11 millones 319 mil pesos para la contratación de anuncios espectaculares en diferentes zonas del estado para la promoción de la imagen del mandatario.
Gastos anuales
Aunque el gasto de la promoción del Quinto Informe fue superior al monto destinado en 2015, no es la campaña más cara que se ha financiado con recursos públicos para difundir a Rafael Moreno Valle.
Fue al celebrar su primer año de gobierno que el Ejecutivo Estatal marcó un precedente, al gastar 56.1 millones de pesos para la promoción de sus logros, esto de acuerdo a información obtenida por medios locales a través de transparencia.
De este monto 14 millones fueron para la difusión de tres mil 266 spots en 164 salas de cine en todo el país, contrato que le fue adjudicado a Make Pro, empresa filial de Corporativa Interamericana de Entretenimiento -Televisa-.
Esta promoción extraterritorial le valió una sanción por parte del entonces Instituto Federal Electoral al gobierno del estado, la cual al final no fue aplicada debido a que los diputados de la LVIII Legislatura optaron por no tomar medidas al respecto.


Para el Segundo Informe el gasto se redujo a la mitad al llegar sólo a 20.9 millones de pesos, y para el año siguiente el monto volvió a aumentar hasta quedar en 25 millones 839 mil pesos.

NOTA PUBLICADA ORIGINALMENTE EN http://www.statuspuebla.com.mx/2016/04/24/se-van-141-millones-en-promocion-personal-de-moreno-valle/

jueves, 8 de enero de 2015

Requiem...

No soy de las que suelen escribir cada que hay una tragedia o la muerte de un personaje famoso, que aprovecha estas oportunidades para sacar el lado literario y activista de redes sociales para expresar con palabras rebuscadas y supuestamente enardecidas o tristes el sentimiento que dejan los hechos del entorno. Sí, estamos de la chingada.
Dicho esto, la mañana de este miércoles el sentimiento me ganó. Abrir los ojos y toparme con la noticia de la muerte de Julio Scherer fue el primer madrazo. Seguir leyendo y ver el atentado a la revista Charles Hebdo fue el segundo, la muerte de los 12 colaboradores de esta publicación me dieron ganas de jalar las sábanas y cerrar los ojos.
Vamos por partes. Muchos hablan de las enseñanzas de Scherer, el grandísimo legado que dejó en la vida periodística del país, sus libros, sus análisis y demás. Pero en mi caso el impacto llegó a un nivel personal, aunque claro nunca tuve la oportunidad de conocer al maestro. Su muerte acabó de atizar el sentimiento que me invadió hace ya poco más de un mes con la noticia del fallecimiento de Vicente Leñero.
Estas dos muertes, de estos dos personajazos me hizo recordar cómo ellos, de una manera metafórica, ayudaron a sacarme de un lugar oscuro hace algunos años. Quienes me conocen y con quienes compartí ese episodio saben que 2007 fue un año difícil, la censura de la Catarina, ese pequeño periódico universitario que fue parte fundamental de la vida de esos jóvenes estudiantes de periodismo que fuimos en algún momento; el que nos arrancaran ese proyecto fue un shock que nos tomó mucho pero mucho tiempo salir adelante.
Meses después de ese episodio, iniciando mi último año de universitaria, recuerdo estar en la biblioteca del campus acompañada por una amiga, a falta de la oficina del periódico ese se volvió uno de mis refugios preferidos. No recuerdo si fue por recomendación de ella o por motivación personal tomé el libro de Los Periodistas de Vicente Leñero; aún recuerdo el empastado rojo y el olor a texto viejo que fueron parte del condimento de mi amor por ese volumen.
El libro, narrado desde la pluma de Leñero, describía el golpe a Excélsior, la crisis al interior del periódico y la lucha que emprendieron quienes salieron en julio de 1976 del diario para la creación del semanario Proceso; todo se sentía tan cercano, tan propio, más allá de las palabras idealistas con las que uno se llena la cabeza a esa edad de que el periodismo siempre será libre, y más bien parecía un llamado para aterrizarnos y decir “eso que pasó, seguirá pasando, así que aguanten vara”.
Ese libro fue un respiro, fue un apoyo indirecto, y fue lo que me dio bríos para apurarme, hacer mi tesis y graduarme –tesis que, por cierto, fue completamente inspirada en el libro, y fue un análisis comparativo de los casos de censura que llevaron a la creación de Proceso y emeequis-.
Pasaron los años, y la imagen de los expulsados de Excélsior se quedó grabada en mi cabeza, como una estampita se santos a los que recurría en mis momentos de frustración profesional.
Por eso, a principios de diciembre, cuando me enteré que el autor de mi evangelio favorito había muerto, sentí un pequeño tirón en la panza, pero seguí adelante. Ahora, esta semana se fue el segundo, el autor intelectual, el líder de ese grupo que fue mi apoyo, y me entró el sentimiento, pero no la desesperanza. La imagen seguirá ahí, y la estampita se mantendrá en mis neuronas, ahora con mayor arraigo, pues es lo único que queda de aquellos que se van. Sólo el recuerdo y las enseñanzas que nos dejaron.



jueves, 10 de julio de 2014

Zapping: True detective


¿Alguna vez has visto una película tan buena que no has querido que acabe, que después de dos horas y media cuando empiezan los créditos te ves a ti mismo gritando contra la pantalla, con una ansiedad de adicto pidiendo por un toque más?
Ese es el sentimiento que te deja la última escena de True Detective, una producción que más allá de considerarse “serie de televisión” puede verse como una gran película que dura ocho horas, y que los productores decidieron dividirla por partes, para evitar sobresaturar a las personas. Así lo veo, y así la amé.
Hace unos meses escuché una reseña que decía que esta serie sería como el Citizen Kane de la televisión, en lo personal no sé si llegue a tanto, es excelente, es una obra de arte, es un platillo de sabores extraños que después de cuatro días de haberla terminado sigo saboreando, pero llegar a ser ese icono, habrá que ver con el tiempo.
Lo que sí puedo decir, es que con cada capítulo no podía dejar de pensar que este es el Seven de esta generación; una historia de asesinatos un tanto grotescos, con un trasfondo religioso, con vueltas y vueltas, que van sacando a la luz los indicios de los responsables, todo salpicado con reflexiones filosóficas, además de una fotografía con tintes melancólicos que terminan por afinar la perfección.
La historia se centra en la historia de los detectives Rust Cohle y Marty Hart, que investigan a un asesino serial en el estado de Lousiana; sin querer revelar mucho de los detalles de la serie, sólo puedo decir que en el primer capítulo toma un poco de tiempo adaptarse en los brincos del tiempo, porque la historia mezcla varios flashbacks a lo largo de 17 años que toma la investigación.
Si de por si soy una obsesiva de las historias de detectives, el cast fue ya un plus que acabó de hacer que me enamorara. Matthew McConaughey y Woody Harrelson presentan unas de las mejores actuaciones de su de por si excelente carrera, lo cual acaba de ser reconocido con las nominaciones al Emmy que recibieron ambos por sus papeles en esta serie –no me pidan elegir por favor-.
Para efectos de escribir estas líneas, decidí echarme un clavado y ver quiénes son las mentes detrás de esta producción, y algo que era de esperarse y que a la vez sorprende es que son nombres relativamente nuevos en el mundo hollywoodense, lo cual explica la frescura y detalle de la historia.
Nic Pizzolatto, escritor de la serie sólo había participado en la serie The Killing, en donde sólo colaboró en dos episodios para después dar a luz a este embrollo de sangre, reflexiones existenciales y bromance.
En cambio, el director de la serie, Cary Fukunaga, ha participado en algunas cintas que le han generado reconocimiento en ciertas esferas, como fue el caso de la película Sin Nombre de 2009, en la cual narra la historia de migrantes hondureños en su trayecto por México rumbo a Estados Unidos.

Con ocho capítulos True Detective cuenta una de esas historias que valen la pena analizar y revisitar, sin embargo, dado que en este espacio de 480 minutos se resuelve este primer caso, la segunda temporada, que empezará a filmarse en los próximos meses, presentará un caso completamente nuevo, con un nuevo equipo de detectives salidos de la mente retorcida de Pizzolatto. No puedo esperar.

viernes, 2 de mayo de 2014

Reflexiones periodísticas: los Súper-periodistas





Hace unos días llegó un señor al periódico donde trabajo para denunciar varios hechos de acoso por parte de policías en su contra. El hombre en sí se me hizo un tanto curioso, inteligente pero al grado de parecer un tanto cucú. Lo que fue una denuncia se convirtió en una charla, en la cual me contó todo lo que le ha pasado a lo largo de varios años, y yo intenté darle consejos sobre qué medidas tomar.
Ya casi al final, el señor me hizo una reflexión que sin saberlo se pegó en mi lado geek: "¿usted sabe lo importante que es su trabajo como periodista? ¿No? Piénselo así, Superman, ¿qué es? Spiderman ¿qué es? Los dos son reporteros, porque su papel tanto en el trabajo como superhéroes es ayudar a la gente".
Después de un par de semanas y pensarlo mucho, tiene mucho sentido. Los superhéroes lo que buscan es ayudar a la gente, acabar con las injusticias, hacer del mundo un mejor lugar; tienen los recursos físicos -sus superpoderes-, intelectuales -su capacidad de investigar- para dar con los malos y luchar contra ellos.
Aunque suene idealista ese es el trabajo del reportero, su objetivo es poner el dedo en la llaga, abrir una ventana para que la gente pueda ver a los ricos y poderosos y así cerrar las posibilidades de que se haga mal. El periodista por medio de sus superpoderes que en algunos casos es la empatía para hacer que la gente se abra y te cuente sus problemas, su facilidad para buscar en documentos y en internet información, o hasta esa destreza física para escabullirse y poder entrevistar al funcionario que en fechas recientes la cagó.
Pero claro, como diría el buen Tío Ben Parker "con un poder viene una grande responsabilidad". Hay quienes de desvían del camino del bien, el poder que saben que tienen los corrompe y se convierten en los ayudantes de los villanos o incluso en los propios árchienemigos de la prensa libre y de la sociedad.
En mi opinión un periodista debe tomar un poco de cada uno de los grandes personajes de los cómics: la inteligencia y audacia mental de Batman para poder investigar los temas; el lado humano y sensible de Spiderman; la fuerza de Superman para poder luchar contra lo que se venga; un poco de piel dura de Wolverine para soportar los tragos amargos de la realidad; el lazo de la verdad de la Mujer Maravilla. Ya si pudiéramos respirar bajo el agua como Aquaman ya estaría muy cabron.
De mi parte, no se ve como una posibilidad quitarme la capa y cambiar de profesión. Siempre estaré del lado de la Liga de la Justicia, una joven en vías de preparación en la escuela del profesor Xavier, buscando la forma de controlar sus poderes y ayudar en lo que se pueda.







viernes, 18 de abril de 2014

Los retos de la nueva etapa

Cada vez parece que los momentos que dedico para escribir en este espacio son más esporádicos, pero las últimas semanas -casi meses- han estado llenas de cambios y mi cabeza no se había podido sentar a reflexionarlos.
Tuvo que ser esta mañana que el universo y la tierra me dieron una sacudida de 7.5 grados en la escala de Ritcher que dije "momento, esto esta pasando".
Desde el inicio de este 2014 las cosas han sido diferentes y si no diferentes han traído cosas buenas. 
Con pasos lentos y muy inseguros me voy adentrando a esto que dicen es la madurez, aunque claro el proceso nunca es fácil y nunca es indoloro.
Fue hasta esta mañana que al salir de la casa por el temblor, vi la puerta de mi casa, mi primer rincón propio, vi que en mis manos traía las llaves de mi carro, y me di cuenta que a pesar de las dificultades las cosas van bien.
Hay complicaciones, si, hay vecinos jijoeputas que no entienden la idea de convivencia y hacen todo para joderte la vida -entiéndase no respetar tu lugar de estacionamiento-, pero son las cosas que tenemos que enfrentar.
Así que, a agarrarse los ovarios, darle un sorbo al café y enfrentar las nuevas aventuras que trae esta nueva etapa.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Mi código de reporteril: los errores que se propagan como verdades

Antes que nada pido una disculpa si alguien que lea esto se siente identificado para mal.
Hay una frase que me ha rondado en la cabeza en los últimos días y que he escuchado salir de compañeros reporteros y amigos a quienes respeto y admiro de verdad: "el compromiso que tenemos es con el lector".
Esa frase tiene que ser la máxima de cualquiera que esté en camino de convetirse en periodista y para los que creen que ya lo son. Nos debemos a las personas que nos leen, nos escuchan o nos ven, no a las fuentes, no a los políticos y, a veces, ni a los propios jefes.
Un reportero está para dar información que vale la pena, que haga pensar al lector, que le brinde un pedacito de algo nuevo que le ayude, hasta cierto punto, a conocer mejor el entorno en el que viven.
Por eso un reportero no debe ser un simple "transcribe-declaraciones", hay que reflexionar lo que dicen las personas que nos declaran, ver los errores que puedan tener y evitar en lo posible dar información incorrecta.
Digo, todos cometemos errores, dedazos, nombres que se nos van mal, pero hay veces que me he topado con notas de compañeros que tienen errores garrafales y la justificación es "es que eso me dijo la persona que entrevisté".
Si la persona que entrevistamos dice que la tierra es plana, ¿se lo vamos a informar al lector sin siquiera poner un pedazo de la evidencia de que en realidad es redonda, solo porque la fuente así lo dijo?
Esta reflexión viene al caso porque hace unos días me tocó escuchar a una persona en una rueda de prensa argumentando la ilegalidad de algo bajo criterios que no son aplicables; una persona que tiene en sus manos el futuro de un grupo de ciudadanos busca justificar su postura bajo normas que nada tienen que ver, y no sólo la gente se lo cree sino que los reporteros, la mayoría, se lo cree también, lo publican y el error se propaga como una verdad.
Evidenciar el error de la persona en cuestión te hace parecer oficialista, un vendido. Pero es mejor eso, dar una explicación de cómo esta persona la está cagando a seguir propagando un error que puede arruinar la vida de las personas.
Si la fuente te cree un vendido, que lo crea. Lo que importa es que uno sepa que hizo lo correcto, corrigió la plana y que al menos tus dos lectores sabrán que las cosas no son cómo las intenta definir una sola persona.

sábado, 17 de agosto de 2013

Memorias de una mañana en el CIS

En la página de internet el trámite parece sencillo. Se proporciona un listado de los documentos que debes  presentar, acta de nacimiento, IFE, comprobante de domicilio y hacer el pago.

Se presume que en 20 minutos uno llega y sale; esta es una de las bondades del Centro Integral de Servicios (CIS), la sede de gobierno que Rafael Moreno Valle estrenó durante su segundo informe de gobierno a principios de este año, el cual serviría para que los ciudadanos puedan hacer todos sus trámites bajo un solo techo, en menos tiempo y más eficiente. Esa era la promesa.

Poco antes de las nueve se empieza a ver a las primeras personas reuniéndose fuera de la puerta de cristal, como si fuera una barata en el centro comercial que se encuentra enfrente, pero aquí en vez de buscar las mejores prendas, uno quiere la primera ficha, el primer lugar, para salir lo antes posible y aprovechar el resto del día.

Media hora después el lugar está repleto. Uno llega, se presenta en la recepción, se le da una ficha para pasar al primer modulo, el primer escalón de un largo recorrido. Con ansías uno ve el boleto que le tocó en esta lotería, el cual tiene el número 115, y voltea a la pantalla la cual anuncia alegremente el turno 45.

De pronto una mujer se para enfrente de las filas de sillas donde esperan los afortunados del día. De manera rápida muestra un formato extraño y dice que todos deben tener ese papel dentro de su documentación, de lo contrario tendrán que presentar su CURP y RFC.

Asustado un joven se acerca a la señorita y le dice que no tiene ninguno de los tres requisitos que acaba de mencionar. Con desgano la servidora señala al modulo de Actas de Nacimiento y dice “mi compañera de ahí te puede ayudar a imprimir tu CURP”.

Con pasos rápidos para no perder su turno, el joven de alrededor de 30 años llega frente a la “compañera” que, según, sería su salvación. Le explica lo que le dijo la otra señorita, ella ni alza la mirada, estira la mano para pedir la ficha para atenderlo, al no tenerlo le dice que tiene que regresar a recepción para pedir su turno para poder imprimir lo que quiere. Los números en el monitor avanzan.

Una persona que ya pasó por lo mismo ve su desesperación y le dice que con tener los números es suficiente; rápidamente saca su smartphone y consigue los datos, los apunta en una hoja justo a tiempo para pasar a la primera ventanilla. Sabe a victoria

En este lugar entregan el formato de pago. Ya son las 11 de la mañana. Ahora hay que pasar a la sucursal de Banamex, única forma de pago disponible porque la terminal de tarjetas de crédito no tiene servicio. El banco cobra cinco pesos de comisión, la fila crece con el paso de los minutos.

A las 11:35 uno vuelve a entrar al recinto, disfruta la cantidad de luz que entra por los ventanales y el aire fresco que se siente, a pesar de que la gente sigue llegando y es poca la que sale.

La fila curveante para las Cartas de Antecedentes No Penales parece un juego de “A la víbora de la mar”, empieza pegada a unas computadoras en las que los ciudadanos -y quienes reciben un salario por dar servicios al público- tienen que escribir datos personales.

La cola de personas se extiende formando un espiral, el cual avanza lento, mientras todos portan en sus manos el turno que les corresponde, aquí un señor del DF tiene el número 149, junto a él una joven de 27 años que es maestra tiene el 163, y después de ella un hombre mayor tiene el 123. Una joven se acerca a quien organiza la fila para preguntar si no hay problema con que su número este revuelto, este la ve con ojos vacíos y dice “no”.

Pasan los minutos en esta vuelta. Dan las 12:45 cuando toman la foto y las huellas digitales. La mujer encargada del modulo porta un gafete en el que sale sonriente, pero en la vida real ni las bromas que le hacen las personas que pasan frente a ella hacen que su boca deje de abrirse y cerrar para masticar su chicle.

A la 1 de la tarde uno sale a la luz, con papel en mano, los pies cansados, el estomago vacío, y un día a punto de empezar.