Cada vez parece que los momentos que dedico para escribir en este espacio son más esporádicos, pero las últimas semanas -casi meses- han estado llenas de cambios y mi cabeza no se había podido sentar a reflexionarlos.
Tuvo que ser esta mañana que el universo y la tierra me dieron una sacudida de 7.5 grados en la escala de Ritcher que dije "momento, esto esta pasando".
Desde el inicio de este 2014 las cosas han sido diferentes y si no diferentes han traído cosas buenas.
Con pasos lentos y muy inseguros me voy adentrando a esto que dicen es la madurez, aunque claro el proceso nunca es fácil y nunca es indoloro.
Fue hasta esta mañana que al salir de la casa por el temblor, vi la puerta de mi casa, mi primer rincón propio, vi que en mis manos traía las llaves de mi carro, y me di cuenta que a pesar de las dificultades las cosas van bien.
Hay complicaciones, si, hay vecinos jijoeputas que no entienden la idea de convivencia y hacen todo para joderte la vida -entiéndase no respetar tu lugar de estacionamiento-, pero son las cosas que tenemos que enfrentar.
Así que, a agarrarse los ovarios, darle un sorbo al café y enfrentar las nuevas aventuras que trae esta nueva etapa.
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