sábado, 30 de noviembre de 2013

Mi código de reporteril: los errores que se propagan como verdades

Antes que nada pido una disculpa si alguien que lea esto se siente identificado para mal.
Hay una frase que me ha rondado en la cabeza en los últimos días y que he escuchado salir de compañeros reporteros y amigos a quienes respeto y admiro de verdad: "el compromiso que tenemos es con el lector".
Esa frase tiene que ser la máxima de cualquiera que esté en camino de convetirse en periodista y para los que creen que ya lo son. Nos debemos a las personas que nos leen, nos escuchan o nos ven, no a las fuentes, no a los políticos y, a veces, ni a los propios jefes.
Un reportero está para dar información que vale la pena, que haga pensar al lector, que le brinde un pedacito de algo nuevo que le ayude, hasta cierto punto, a conocer mejor el entorno en el que viven.
Por eso un reportero no debe ser un simple "transcribe-declaraciones", hay que reflexionar lo que dicen las personas que nos declaran, ver los errores que puedan tener y evitar en lo posible dar información incorrecta.
Digo, todos cometemos errores, dedazos, nombres que se nos van mal, pero hay veces que me he topado con notas de compañeros que tienen errores garrafales y la justificación es "es que eso me dijo la persona que entrevisté".
Si la persona que entrevistamos dice que la tierra es plana, ¿se lo vamos a informar al lector sin siquiera poner un pedazo de la evidencia de que en realidad es redonda, solo porque la fuente así lo dijo?
Esta reflexión viene al caso porque hace unos días me tocó escuchar a una persona en una rueda de prensa argumentando la ilegalidad de algo bajo criterios que no son aplicables; una persona que tiene en sus manos el futuro de un grupo de ciudadanos busca justificar su postura bajo normas que nada tienen que ver, y no sólo la gente se lo cree sino que los reporteros, la mayoría, se lo cree también, lo publican y el error se propaga como una verdad.
Evidenciar el error de la persona en cuestión te hace parecer oficialista, un vendido. Pero es mejor eso, dar una explicación de cómo esta persona la está cagando a seguir propagando un error que puede arruinar la vida de las personas.
Si la fuente te cree un vendido, que lo crea. Lo que importa es que uno sepa que hizo lo correcto, corrigió la plana y que al menos tus dos lectores sabrán que las cosas no son cómo las intenta definir una sola persona.