viernes, 26 de marzo de 2010

Crónica: Cinco horas para decir que el tomate subió de precio

(crónica de la sesión de Congreso del Estado de Tabasco el 25 de marzo)

Shanik David George
TABASCO HOY
(con información de Leobardo Pérez Marín)

Desde la entrada de los diputados a la sesión hay cosas que observar. Este día, Brígida, el personaje que le quita el tedio a las largas horas de sesión, le reclamó al diputado Jesús Selván que la reunión de este martes haya sido movida para el lunes y ella no llegó.

-- “No fui a lo de Colosio por ustedes”, dijo con indignación; en tono bromista y momentos después el priísta José Dolores May, le dijo a la ofendida: “Tienes falta, eh...”, al final nos enteraríamos que el kilo de tomate subió en el mercado gracias al PT, que sí hace el super.

Como ya es costumbre, pasado el medio día inició la sesión y el protocolo reglamentario fue el mismo de siempre: la toma de lista de asistencia, la lectura de la orden del día y la aprobación de las actas de sesiones anteriores.

Uno a uno, los legisladores tomaron la palabra para exponer sus puntos de acuerdo; la sonaja de Brígida parecía cumplir con una doble función, de fanfarria al terminar de hablar cada diputado y de despertador para levantar a aquellos que hayan dormitado durante la intervención.

La sesión monótona la rompió la intervención del diputado perredista, Fernando Gómez Ascencio, al acusar proselitismo electoral de delegados federales en las jornadas federales de Atención Ciudadana iniciadas en la víspera en Nacajuca, asegurando que todas obras anunciadas son pagadas con dinero federal y lo que están haciendo es una manipulación de las necesidades de los tabasqueños con fines partidistas.

Comenzó entonces la pasarela de más de 20 legisladores, todos querían ser protagonistas: perredistas contra priístas; priístas contra panistas; perredistas defendiendo a panistas; panistas acusando a perredistas, coloquialmente los legisladores hicieron un “puchero legislativo”, de todo un poco.

El coordinador de la bancada del PAN, Juan Francisco Cáceres, intervino para señalar que no hay nada malo con este tipo de proyectos, que para acciones partidistas están las casas de gobiernos en cada municipio; antes de terminar, invitó a la diputada Lorena Beaurregard que le llevará el mensaje al secretario de gobierno comentario que fue recibido con aplausos por parte de los asistentes. La respuesta vino de inmediato Beaurregard tomó la palabra para defender su posición señalando que ella no era “recadera” de Cáceres.

Los legisladores subieron a la alta tribuna a manifestar sus puntos de vista, para criticar las acciones del gobierno federal en cuanto a un supuesto manejo de recursos con fines partidistas; el priísta Alfonso Izquierdo Bustamante explicó este tipo de acciones como reacción a los resultados favorables que ha tenido su partido por encima del PAN en elecciones recientes.

Hubo los que aplaudieron estas acciones, como Alterio Pérez Pérez, quien afirmó que felicitó a los delegados “porque si no se acercan a la gente, no pueden implementar políticas públicas”. También los que afirmaban que este tipo de acciones son centralistas, como explicó Fernando Morales que, en el folleto que explica en qué consisten las Jornadas de Atención Ciudadana, se menciona una vinculación directa entre el gobierno federal y los ayuntamientos.

Fueron cinco horas de sesión. Era un ir y venir sobre el mismo tema, sin avanzar en otras discusiones, los diputados y demás presentes recibieron con chiflidos y abucheos al diputado del PT, Andrés Ceballos, quien al tomar la palabra dijo: “El kilo de tomate subió, el kilo de aguacate subió, la gasolina subió”, ante lo cual todos en el salón de sesiones se rieron, y las tensiones de las últimas horas se diluyeron. Al final después de más de 5 horas, la sesión termina entre risas y abrazos de los legisladores.



domingo, 21 de marzo de 2010

CRÓNICA: La función se dio fuera de la pantalla grande

El sábado se dio un operativo policiaco en la Europlaza de Villahermosa, Tabasco. Les dejo una pequeña crónica que escribí para el Tabasco Hoy sobre lo que se vivió en las salas VIP de Cinepolis.


El sonido del disparo se camuflajeó con los sonidos de la película, los espectadores en la sala siguen sin saber el caos que ocurre en esos momentos a pocos metros. Salen de la función, algunos comentan la película, otros se apresuran para ir al baño; cuando llegan a la entrada principal del cine ven la cortina cerrada y bastante gente en el lobby, es cuando se enteran que la verdadera función se dio fuera de la pantalla grande.
Poco a poco se va armando la historia, con lo que la gente comenta mientras esperan. En el baño, una chica cuenta que poco antes de las 8 de la noche se encontraba en la taquilla, cuando de pronto vio que personas salían corriendo del casino Yak y de otras partes cercanas, y se dirigían al cine a refugiarse; otros dicen que escucharon balazos antes de que la gente saliera corriendo; hay quienes dicen que, al bajarse la cortina se separaron de sus familiares y amigos. La teoría que muchos repiten es que fue parte de un asalto al casino, llegó la policía y los asaltantes huyeron por la parte central de la plaza.
La gente que se encontraba en la plaza en esos instantes se resguardó en los dos cines y en algunos locales comerciales, mientras en la parte de afuera se llevaba acabo el operativo; “no hay nada de que preocuparse; hay policías afuera y hasta en el techo de la plaza”, comenta una de las jóvenes que trabaja en el cine buscando mantener tranquila a la gente, “no estoy segura que haya habido disparos”. Más tarde, uno de los guardias de la plaza confirma que hubo por lo menos un disparo.
Adentro no se sabe mucho; de vez en cuando personal de seguridad del cine alza un poco la cortina y se asoma para ver la situación a fuera; la gente espera, algunos se sientan en el café, otros aprovechan para tomar algunos cócteles en el bar, muchos hablan a sus casas para avisar que se encuentran bien, niños pequeños corren de un lado a otro, sin saber qué es lo que ocurre.
Hay quienes se ven preocupados, sentados en el suelo con sus hijos en las piernas, otros a los que la espera los ha aburrido, un grupo de jóvenes cuentan chistes para perder el tiempo. Cada quien busca la forma de hacer la espera un poco más soportable. No se sabe cuánto tiempo más estarán ahí. Son familias, novios, amigos; cerca de 130 personas sentadas, aguardando para salir.
A las 9 de la noche se escucha la cortina otra vez, pero eahora la abren un poco más, la situación se ha calmado. La gente se apura a salir, y se encuentran con la plaza desierta, todo es silencio; un sábado normal, la música de la pista de hielo es ensordecedora, la gente abarrota las mesas del área de comida, se sientan en el café a ver quién pasa; a esa hora la plaza es todo alegría. Este día no.
En la salida hay algunos guardias de seguridad que guían a las personas para que no vayan hacia la otra parte de la plaza. Afuera todos se dirigen a sus autos, algunos se quedan en la puerta intentando decifrar qué acaba de ocurrir.




martes, 9 de marzo de 2010

Violencia contra las mujeres

Ayer, por la celebración del Día Internacional de la Mujer, me publicaron en el periódico una pequeña nota que hice acerca de la violencia contra las mujeres, digo pequeña porque originalmente fue más extensa y le cortaron una buena parte, así que les comparto primero la parte que fue eliminada, el link de la nota en línea y las imágenes de cómo fue publicado.

Cifras de la violencia

De acuerdo con el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem, por sus siglas en inglés), el lugar en el que la mujer corre más riesgo de ser víctima de agresiones y violencia es su propio hogar. Asimismo, basado en estudios realizados, el Unifem estima que una de cada cinco mujeres en el mundo será victima de violación o de intento de violación en algún momento de su vida. También el fondo señala que la mitad de los asesinatos de mujeres son perpetrados por sus esposos o parejas actuales o anteriores.

Desde una perspectiva más local los números no son nada alentadores. La Comisión Especial para Conocer y Dar Seguimiento a las Investigaciones sobre Feminicidios de la Cámara de Diputados federal, dio a conocer que de 2009 a mediados de febrero del presente año se han registrado 509 asesinatos de mujeres en México. Por su parte Claudia Salas del Instituto Nacional de las Mujeres señaló, en una entrevista radiofónica dada hace unos meses, que siete de cada diez mujeres padecen algún tipo de violencia en México.

En 2006, el Instituto Nacional de la Mujer y el Inegi realizaron la Encuesta de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), según la cual Tabasco ocupa el lugar 11 a nivel nacional en casos de violencia contra las mujeres, con un índice del 66.1 por ciento, siendo la media nacional 67.0 por ciento.

Esta encuesta señala que, en lo que respecta a la violencia física contra mujeres, Tabasco ocupa el primer lugar, con una incidencia del 25.7 por ciento, lo cual se encuentra a 5.5 por ciento arriba de la media nacional. En cuanto a la violencia económica y emocional, el estado también tiene índices arriba de la media nacional, con una incidencia del 27 y 41.8 por ciento, respectivamente. Sólo en el caso de la violencia sexual, Tabasco tiene un porcentaje menor.

Iris Sánchez Marcin indica que a lo largo de 2009 el Instituto Estatal de la Mujer recibió un total de 2342 casos, de los cuales 1753 están relacionados con algún tipo de violencia; de estos, sólo 229 mujeres levantaron demandas. “Estamos viendo otro fenómeno, la mujer viene, denuncia, pero después ella misma retira la demanda”, agrega. A su vez explica que, si bien el número de reportes de violencia que ha recibido el instituto ha aumentado exponencialmente en los últimos años, esto no se debe a que las agresiones hayan aumentado, sino que se ha dado mayor difusión a los derechos de las mujeres y estas se sienten con mayor libertad de denunciar.


Texto Publicado http://tabascohoy.com/nota.php?id_nota=189179&h=shanik%20david

(Diseño: Carmen Chanona. Infografía: Alejandro Rodríguez)

jueves, 4 de marzo de 2010

El proceso de reconstrucción

Esta es la segunda entrevista con Jean Luc...

En una ocasión la señora Claudette Colbert me explicó la razón por la cual su hijo Jean Luc vivía en Haití lejos de ella. Cuando ella por primera vez vino a vivir a México hace 17 años venía con sus dos hijos, Juan Carlos de tres años y Jean Luc de 7. Como al principio tuvo dificultades para buscar trabajo y establecerse, decidió mandar a su hijo mayor con su padre a Estados Unidos, sin saber que después éste mandaría a su hijo de regreso a Haití sin consultarla. Ese fue el comienzo de una división familiar que duraría hasta dos semanas después del terremoto.

En este segundo encuentro con Jean Luc se le ve más cómodo, un poco más adaptado a esta nueva vida y a esta nueva ciudad. Su hermano Juan Carlos, sentado junto a él, explica el proceso de traer a Jean Luc de su país; “originalmente fuimos a un programa de radio, y el locutor nos contacto con el doctor Rubén Padrón de la Cruz Roja, y básicamente él fue quien se encargó de hacer todo, fue el que inició la operación aquí en México con ayuda del personal de la Cruz Roja allá en Haití”. Este no fue el primer intento que hicieron para traer a Jean Luc; tiempo antes del terremoto habían buscado con Relaciones Exteriores la forma de poder traerlo, pero los requisitos siempre presentaron un obstáculo; “la embajada pedía cosas que a nosotros se nos hacían incoherentes, por ejemplo, para traerlo hace unos años, la embajada pedía comprobar un estado bancario considerable, él tenía que tener 1000 dólares para poder entrar, cosas así, muy raros” explica Juan Carlos.

Por su lado, Jean Luc afirma que el venir a México fue relativamente fácil, fue un proceso que inició un miércoles y el viernes en la mañana ya estaba en el avión a México. “Lo primero que hice fue entrar al campamento mexicano, y ya estando ahí busqué a gente de la embajada Mexicana y desde el miércoles me quedé en el campamento; el jueves ellos contactaron a mi mamá y confirmaron que el viernes nos veníamos, así que otra vez dormí en el campamento, y el viernes en la mañana tomamos en avión” sintetiza Jean Luc.

Uno de los momentos más difíciles antes de partir fue despedirse de sus amigos, a quienes consideraba como hermanos. “El jueves estuvimos juntos desde las 11 de la mañana hasta las 7 y media de la noche, fue un momento difícil, porque era el último momento que pasaríamos juntos, nos despedimos y entré, tenía mi celular y estuvimos hablando toda la noche, me dormí como a las 2 de la mañana, me desperté como a las 7 y les volví a marcar, hasta que me subí al avión estuvimos hablando por teléfono”. Otra separación que le costó mucho fue con su novia, con la que llevaba 3 años; después del temblor muchas personas se fueron a las provincias, por eso cuando Jean Luc se enteró que ya estaba todo listo para su viaje a México su novia no estaba junto a él. Dice que ha intentado comunicarse con ellos, pero que ha sido muy complicado, que él logra escucharlos contestar el teléfono pero ellos no lo escuchan a él.

Después de 10 horas de vuelo llegó al aeropuerto de la Ciudad de México, y al bajar del avión se encontró con su mamá, a quien no veía desde hace cuatro años. Cuando recuerda ese momento hace un gesto de victoria y recuerda “fue un buen sentimiento; cuando bajé del avión y la alcancé a ver, ella sonrió, y yo también estaba sonriendo, estábamos muy felices”. Un momento similar fue su llegada a Vilahermosa, donde se reencontró con su hermano menor; “pensé que lo iba a ver en la casa, pero cuando llegué aquí y recogimos mis maletas, se abre la puerta y ahí estaba Juan Carlos enfrente de la gente, le di un gran abrazo, porque estaba muy feliz de verlo” cuenta con una gran sonrisa en el rostro.

Ahora comienza el proceso de reconstrucción, no sólo de su país, sino también de su vida; a pesar de todo, el cambio de estilo de vida si le afecta un poco, “tengo mi familia, pero extraño a mi novia y a mis amigos, en Haití no tenía la costumbre de quedarme en mi casa todo el día, porque tenía muchas cosas que hacer, era un hombre dinámico”. Insiste en que lo que más se le dificulta es el sentirse como un niño, perder un poco de su independencia ya que todavía no conoce bien la ciudad y no sabe cómo moverse, por eso para él lo principal es trabajar para tener un poco de dinero y empezar a retomar su estilo de vida de antes. “Quiero poder ir a donde quiera solo, y después quisiera tener un carro; ese es el plan” afirma con determinación.

Por último, Jean Luc reitera, “quisiera agradecerle a todos los que hicieron lo posible para que yo viniera, primero al capitán y los soldados del campamento del aeropuerto en el que estuve, porque fueron muy amables conmigo. En segundo lugar a la Embajada mexicana en Haití, la gente de protección civil y relaciones exteriores, los doctores, Rubén Padrón, y a todos los mexicanos y el gobierno por la ayuda que han enviado a Haití”.


miércoles, 3 de marzo de 2010

“El Haití que dejé es un país en el que la gente no tenían esperanza”

Esta es una entrevista que hice con la finalidad de que fuera publicada en el periódico donde trabajo, pero como ya no salió la comparto con ustedes en este pequeño espacio. Esta es la primera de dos entrevistas a un joven de Haití que vino a vivir a Tabasco; este primer encuentro fue el 3 de febrero.


Muchas veces para poder construir algo nuevo es necesario derribar toda una estructura existente, tirar todo para poder empezar de cero; sin planearlo, sin siquiera esperarlo fue el caso de Jean Luc Colbert, un joven de 24 años que, viendo en retrospectiva, afirma tenía una buena vida, hasta el martes 12 de enero, en que un temblor de 7.0 grados literalmente derribó su mundo, dándole la oportunidad de reconstruirla.

Ese día estaba en casa de un amigo, cuando la tierra empezó a saltar” narra Jean Luc semanas después del temblor; “al principio no sabíamos qué estaba pasando, así que salimos y empezó más fuerte, vimos que la casa estaba bailando, pensamos que se iba a caer”. Cuando paró el primer temblor, entraron una vez más; todavía no habían logrado entender lo que había ocurrido cuando la tierra empezó a sacudirse una vez más; “volvimos a salir y nos fuimos a un campo de fútbol que estaba cerca de la casa, entonces empezó más fuerte otra vez, pensamos que era el fin del mundo”.

Al principio le cuesta un poco hablar de la devastación en las calles, la cual compara como una escena de la Segunda Guerra Mundial, como si alguien hubiera bombardeado la ciudad y destruido todo. “Había mucha gente que perdió todo; conozco a un hombre que se salvó sólo porque salió a comprar una Coca Cola, toda su familia murió, su mamá, su papá, su hermana, su hermano más chico, perdió todo”, recuerda con dolor el joven mientras considera que él y sus amigos tuvieron suerte, ya que pudieron salir de la casa a tiempo, lo cual muchas personas no lograron hacer; “había gente muriendo dentro de las casas, gente que no había salido, todo olía mal, algunas personas estaban siendo comidas por perros y cerdos”, continua Jean Luc.

En los días que siguieron salía lo menos posible de su colonia, ya que le daba miedo y dolor ver a la gente que estaba muriendo, gente que había perdido brazos y piernas, a la espera de atención médica que no llegaba, “no había hospitales, el hospital de mi área estaba destruido, los doctores no eran suficientes”. Otra razón por la que casi no salía a la calle era la inseguridad que había, ya que con el temblor se derrumbó parte de la prisión de Puerto Príncipe, dejando libres a muchos convictos; “actúan como monos, quieren tomar todo lo que puedan, cuando salieron intentaron matar a la gente que nos estaba ayudando, para poder quedarse con las cosas”, dice con cierta molestia.

Un problema muy grande es la coordinación, porque hay mucha gente que quiere ayudarnos, pero no hay un contacto o alguien que distribuya la ayuda” señala Jean Luc; también habla acerca de las dificultades que tenían para encontrar alimentos, y como, hasta el momento en que él salió de Haití, había personas que todavía no recibía ningún tipo de ayuda. “Había un tipo de unidad entre la gente” dice, “porque después de que pasó ya no había gente rica ni pobre, todo el mundo estaba viviendo juntos en los lugares donde nos llevaban la ayuda”.

Hace un par de semanas, gracias a la ayuda de la Cruz Roja, Jean Luc pudo salir de Haití para reunirse con su madre y su hermano en Villahermosa, y empezar una nueva etapa de su vida, pero sin olvidar todo lo que le tocó ver al dejar su país. “El Haití que dejé es un país destruido, en el que la gente se pregunta qué hará ahora, no tenían esperanza” finaliza Jean Luc, a cinco días de haber llegado a Tabasco, a punto de empezar el proceso de reconstrucción que inició con el temblor que derrumbó su mundo.


lunes, 1 de marzo de 2010

"Y cada que pienso en tí, se enciende mi corazón..."

Hoy es lo que denominamos el NO Aniversario de La Catarina; mucho he hablado y hablado de La Catarina en ocasiones anteriores (revisar mi blog anterior http://chaneks.blogspot.com/2009/01/dos-aos-del-desalojo.html ), pero este año las cosas han sido diferentes. Para empezar, reaccioné dos días después del aniversario del desalojo de las oficinas (17 de enero de 2007), fecha que en los años anteriores había sido casi de luto personal. Hoy por la mañana al revisar mi correo electrónico me topé con el mail de la “mamá catarina”, Pepis, y recordé que un 1 de marzo de hace 10 años un grupo de estudiantes de Ciencias de la Comunicación de la UDLA, apoyados por Josefina Buxadé (Pepis) iniciaron ese proyecto por el que pasamos muchos jóvenes, donde aprendimos tanto de periodismo, donde encontramos amigos que (valga el recurso cursi) son para toda una vida. Ese mail de Pepis ha tenido diferentes respuestas de gente que participó en La Catarina a través de 7 años (los últimos tres años ha existido una Catarina que no es LA Catarina), muchos hablando de la nostalgia, otros de los buenos recuerdos.
Por mi parte, al darme cuenta del NO Aniversario no pensé en los meses difíciles después del desalojo, o la impotencia que nos dejó el que nos quitaran el medio; recordé aquel Consejo Editorial integrado por Sonia, Mónica, Sergio, Nayeli, Gaby Brindis y yo (en especial a los primeros tres), lo que sufrimos para sacar aquel primer número hecho por nosotros solos, la desesperación de esperar las placas, la alegría que nos invadió al ver nuestra Catarina publicada, y después el montón de errores que salieron publicados. Recuerdo ese sentimiento de estar haciendo algo bueno, algo por nuestra comunidad (en ese caso, por la comunidad universitaria) y, sobretodo, la emoción que me daba el probar un poquito de lo que es la profesión periodística. Eso es lo que era La Catarina, un lugar en el cual empezamos a dar los primeros pasos en esta vida que seguimos; hoy los que pasamos por ese pequeño laboratorio estamos dispersos por muchos lados, trabajando en muchos medios (sean o no impresos), pero en el fondo nos sigue uniendo ese detalle, esa experiencia, que aunque no hayamos estado al mismo tiempo trabajando ahí, nos identifica y nos une, porque, como bien decimos “once a catarino, always a catarino”.
(Mónica, su servilleta, Sergio y Sonia, el día que terminamos nuestro primer número como consejo editorial)