viernes, 21 de enero de 2011

Pasen las palomitas... bienvenidos al Info-Entretenimiento

Nadie resiste una buena telenovela, hay que aceptarlo. Me confieso culpable de, si no bien seguir paso a paso todo lo que se desarrolla en torno al caso de Kalimba, si me impacto con los muchos giros que ha dado la historia. Que si la violó, que si la chava es santa e inocente con un novio golpeador, que Kalimba es un desgraciado, que Taily dice que Dayana esta loca, y un muy largo etcétera.
¿A dónde nos llevarán los escritores ahora? Ya agarraron al cantante, ¿será que cumplirán el sueño de mi hermana y el mío y nos traerán a los agentes Benson y Stabler de La Ley y El Orden UVE? Digo, es lo último que nos falta en una historia que ya raya en lo risible y surrealista, en vez de ser un caso de violentación, no tanto física contra uno u otro de los implicados, no soy juez ni perito, por lo que no es mi trabajo hablar de eso; la violentación de la que hablo es la mediática.
Desde la entrevista con Loret de Mola, y un par de días antes, he estado sentida y dolida con esta profesión que amamos y cómo es manejada en México: el periodismo. Unos dos días antes de la pseudo entrevista en el noticiero de Televisa, fue la muerte del papá de Paulina Rubio, un momento más que difícil para cualquier persona, en donde los “reporteros” de diferentes medios de espectáculos (no digo todos) al parecer olvidaron su condición de humanos y se convirtieron en aves de rapiña buscando la mejor imagen, la declaración más sangrienta y dolorosa para presentar como niños orgullosos en clase. Cuando veía esas imágenes no pude sentir más que asco. Hasta que llegó la “entrevista”.
Hace unos años, cuando estaba en la universidad y formaba parte de un pequeño semanario llamado La Catarina, entró un chavo que quería ser reportero. Entre sus primeras asignaciones se le dejó hacer una entrevista al equipo de Ultimate Frisbee. Una tarde llegué a la oficina y veo que miembros del equipo editorial estaban molestos escuchando la entrevista; un tema que no tenía tanta complicación, el reporterillo en cuestión lo manejó como si estuviera frente a un asesino o algo por el estilo, más que preguntando atacando sin parar al entrevistado, sin dejarlo contestar y dando vueltas sobre la misma pregunta tonta.
Esa era la imagen que ese chico tenía de lo que es el periodismo, y sinceramente no lograba comprender el por qué. Me tomó cerca de 4 años y escuchar el interrogatorio de Loret de Mola al cantante Kalimba para entender, que son estas imágenes públicas que no sé dónde aprendieron a agredir a sus fuentes de información, los que aumentan el desprestigio de esta profesión. O a ver, si estoy mal, que alguien me diga ¿qué información nueva y útil en este caso aportó a las audiencias la entrevista? Levanten la mano, por favor.
Creo que fue por eso que el puppet master detrás de este caso decidió que la entrevista de la chica Taily se diera en otra televisora, para no verse tan gandallas y repartir un poco la atención mediática, digo, no vaya a ser que las personas busquen tema de verdad importante en otro lado, mejor mantenerlos entretenidos; no sólo eso, que la entrevista se dio en un programa de CHISMES más que en un noticiero. Eso nos da a entender que esto ya es un chisme de lavadero más que un tema noticioso de importancia (por si a alguien tenía la duda todavía).
Como mujer, me encantaría que este tipo de seguimiento mediático se diera con respecto a cualquier agresión contra mujeres; ¿algo se dice de los feminicidios, ya no tanto de Juárez, sino del Edomex? ¿cómo va el seguimiento de los asesinatos de las activistas en Ciudad Juárez?

sábado, 8 de enero de 2011

Los hombres que no amaban a las mujeres… ¡la chica que pateó su trasero!



Hay que aceptarlo, cuando uno pasea por la librería y ve un libro con el título “Los hombres que no amaban a las mujeres” se imagina una novela con el mensaje oculto de superación personal, de aprender a quererse como mujer y salir adelante en un mundo machista. Eso pensé yo muchas veces, hasta que este libro y sus dos continuaciones llegaron a mis manos y dije “vamos a ver de qué trata”.
Desde la primera página me di cuenta de lo equivocada que estaba y empecé a arrepentirme de haber empezado. Hay que aceptar que las primeras páginas son algo tediosas, entiendo que es una forma de dar contexto sobre el personaje de Mikael Blomkvist, este periodista en desgracia envuelto en un caso de difamación. Recuerdo ir por la página 20 y decir “Dios, todavía me faltan dos libros iguales”. Pero como dice la canción “la necedad parió conmigo” así que me resigné y continúe. De eso no me arrepiento.
La presentación de Lisbeth Salander es el núcleo de la trilogía del Milenio. Con sus tatuajes, piercings y actitud acercate-bajo-tu-propio-riesgo, Salander se convierte en uno de esos personajes que amas desde la primera línea, como hombre te sientes atraído a su look rebelde, como mujer a su actitud independiente. Esta joven hacker y su maravillosa habilidad informática es, en mi muy sincera opinión, uno de los personajes literarios femeninos más interesantes que me haya topado en muchísimo tiempo y sé que tardará en aparecer otra igual.
Más que hablar de este libro en particular, es necesario hablar de los personajes creados por Stieg Larsson a lo largo de su trilogía. Cuando uno ya esta en las garras de Salander por ser una mujer tan dueña de sí, en el segundo libro nos vamos encontrando con cada vez más mujeres poderosas. En este libro los hombres juegan su papel, pero son las mujeres las que llevan las riendas de la historia, ya sea por la protagonista o la colega de Blomkvist, Erika Berger, o las muchas mujeres policías que se van integrando en esta maraña de complots, crímenes y demás. Hay para todos los gustos y para todas las personalidades. Para mi, entre Erika y Lisbeth tengo y me sobra.
Lo único que sigo sin poder comprender, que bien puede ser justificado por la predominancia de mujeres en la historia, es el poder que tiene Blomkvist sobre toda mujer que se le acerca. Desde un inicio se le describe como un galán, pero llega a ser molesto que a penas le lanza una mirada a esas mujeres fuertes de las que hablé en el párrafo anterior, estas caen rendidas a sus pies sin pensarlo. Ese aspecto hace que en momentos uno odie al periodista, pero por desgracia, se acaba cayendo en sus encantos.
A lo largo de la historia de estos libros, Larsson toca de una forma entre sutil y directa la discriminación y violencia de la que son victimas las mujeres; la descripción de la violación en el primer libro es desgarradora pero eje central de muchas cosas que pasan después. Ayuda a darnos cuenta que no importa que sea Suecia, México, Estados Unidos, Japón, las mujeres tienden a estar en posiciones vulnerables.

martes, 4 de enero de 2011

Puedo explicarlo todo... en Twitter

(Tarde pero seguro, les comparto un pequeño texto que escribí para el Tabasco Hoy, sobre la campaña de publicidad del nuevo libro de Xavier Velasco)

Hoy en día las redes sociales, entiéndase Facebook, Twitter, YouTube, etc., son herramientas básicas para difundir nuevos grupos musicales, posturas políticas, pero muy poco se ha sabe del uso de éstas para la promoción de nuevas obras literarias. En esta ocasión, la editorial Alfaguara empleó el Internet para dar a conocer la nueva novela del escritor Xavier Velasco titulado “Puedo explicarlo todo.”
La campaña sigue un mismo concepto, inspirado en el eje fundamental de la novela “Se buscan cómplices”. En la página oficial se brinda a los interesados un alfabeto especial, con el cual se pueden leer mensajes secretos del sitio, con lo cual uno se siente parte del universo de la novela, en la cual revolotean cerca de 13 personajes, lo cual representa un cambio en el estilo de Velasco, quien enfoca normalmente sus historias a uno o dos personajes. El libro tiene su cuenta oficial en
Twitter, con la cual los twitteros que hacen alguna mención referente al libro reciben algún mensaje del “conejito” que decora la portada de la novela, invitándolos a ser parte de los cómplices de este movimiento digital. El seguimiento que hace de los “cómplices” el conejito twittero es uno de esos apapachos virtuales que enamoran a los lectores.
“'Puedo explicarlo todo' hasta donde yo sé son las palabras de las que uno se vale para ganar un poco de tiempo, porque lo dice cuando ya no puede explicar nada”, así empieza el video de YouTube en el que el mismo Xavier Velasco describe su novela.
En este sitio, se tiene una serie de videos donde el autor habla acerca del libro, sus personajes, el proceso de escribirlo y hasta comparte una pequeña banda sonora para acoplarse al ambiente en el que se desarrolla la trama. En ese mismo video, Velasco se niega a contar la historia, lo que sí se puede entender es que gira en torno a la complicidad entre un hombre de 30 años y una niña de 9, y de las travesuras y juegos en las que los dos y los demás personajes de este mundo se ven envueltos
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