domingo, 16 de diciembre de 2012

La mala fama del reportero: una crítica ganada a pulso

El reportero siempre ha tenido una mala imagen. Chayotero, viciado, vicioso, carente de ética, revuelca comunicados, egolatra. Estos son tan sólo algunos de los adjetivos que siempre se le han adjudicado a quienes trabajamos en los medios.
Y la verdad, cada vez más me doy cuenta que esto no es de gratis, si la gente nos ve con esa imagen es por algo.
Hay quienes buscan redimir al oficio ante los ojos de los demás, quienes mantienen un código de ética, tratan a la gente como personas, le echan ganas a su trabajo, entre otras características (que en lo personal, me gustaría pensar que entro en este grupo).
Sin embargo, hay otros, quienes por sólo tener una grabadora o micrófono y salir en la cámara se creen semi dioses, y piensan que pueden pasar por encima de los demás.
Este domingo fue la inauguración de la Ciudad Mágica en Puebla. Al término del evento me dirigí a la puerta por dónde había ingresado unas horas antes, pero al ver que la gente nada más entraba me acerqué con una de las señoras vestida con las playeras del DIF para preguntarle si podía salir. 
Amablemente la señora me comentó que no se podía, porque en los accesos había contadores de gente, por lo que la salida estaba del otro lado del parque.
Tras bromear con ella de que me brincaba el contador, ella me dijo que momentos antes un reportero de cierta televisora llegó muy altanero a querer salir por ese acceso. Cuando ella le dijo que no podía y le bloqueó el paso, el tipo en cuestión dijo “yo paso porque paso” e intentó empujar a la señora, quien tendrá más de 60 años.
Ante esto, ella decidió acompañarlo a un rincón por donde estaban sacando a las personas de la tercera edad que dejaban el recinto.
“Hay formas”, me dijo la señora, ya no tan molesta como estuvo en un principio, pues dijo que salió ganando, al acompañar al joven del brazo hacia la salida para personas mayores.
¿Por qué pasa eso? ¿Por qué uno sólo por tener un logotipo en especial en su playera se cree que puede empujar y aplastar a al gente que solamente hace su trabajo?
Los reporteros no somos más que nadie, eso es algo que debemos tener presentes. Es más, nosotros en sí trabajamos para la gente, estamos en esto porque lo que queremos es brindarle a las personas información que de alguna manera les puede ser útil. La gente no está para darnos, sino nosotros para dale a la gente, al menos así lo veo.
Una grabadora no te hace más que alguien más, es más una grabadora no te hace reportero. Hay muchos casos de gente que sólo está en esto por la imagen, por verse interesante, por reconocimiento, pero lo que son las personas y hasta la propia información son lo de menos.
Es por gente así que los reporteros nunca seremos bien vistos, porque los que finalmente un boleador de zapatos siempre tendrá mayor respeto que nosotros, y la verdad, viendo cómo son la mayoría, no culpo a las personas de tacharnos como seres sin valores.
Lo único que queda, al menos desde mi punto de vista, es seguir intentando sacar el mejor trabajo posible, mantener esos patrones internos, ese tacto con las fuentes, ese cuidado de lo que hacemos, entregar lo mejor de una misma a este oficio, con la finalidad de que, al menos en una pequeña medida, demostremos que no todos somos iguales.

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