La última inundación grande que me tocó pasar fue la de 1999, pero en aquel entonces era una chamaquita de secundaria que no le importaba nada más que el gato que acababa de adoptar (el cual pereció ahogado en casa de un primo) y el hecho de sentirme un bicho raro. A penas cancelaron clases, mi familia y yo emigramos a Jonuta y no supe mucho de lo que pasaba en la capital.
Ahora la cosa es un poco diferente. Ya llevó un año residiendo otra vez en Villahermosa, y dado que trabajo en un periódico el flujo de información de lo que esta pasando es constante y, muchas veces preocupante.
La mayoría ya sabe cómo reaccionar ante lo que al parecer viene, pero muchas veces yo me quedo sentada diciendo “ahora, ¿qué voy a hacer con mis libros, películas y ropa?”; mi hermana ya mandó muchas cosas a Jonuta con mis papás, mientras yo sigo pensando “ok, cuando se venga el agua, veré cómo me las arreglo”.
Por el lado positivo, es que tengo otras tres amigas que estamos en la misma circunstancia, ellas tampoco estaban aquí hace tres años, y por lo menos dos de ellas concuerdan conmigo en que el ambiente se siente raro, y no sabemos qué pasará.
Ante esto, he decidido usar este pequeño espacio como un diario de lo que viene, un recuento personal de las impresiones e información de la inundación que viene… o no.
Espero poder actualizarlo lo más posible, y dar la perspectiva de esta virgen de la inundación, de esta, mi primera vez.
Foto tomada en Jonuta, Tabasco, el 11 de septiembre de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario