Porque sé que un día regresaré a ese rincón entre tu pecho y tu hombro, en el que mi cabeza encaja como pieza de rompecabezas.
Ese pequeño espacio en el que tu olor y el mío se mezclan y el ambiente huele casa.
Ese refugio en el que me escondo del estrés, la preocupación, el dolor, la soledad y todas mis inseguridades.
Pero el camino se complica, no sé cómo regresar, o si es que alguna vez estuve en verdad ahí.
Sólo sé que debo seguir el aroma, esa esencia a la ilusión de lo que fue, de lo que puede ser.
Porque sé, que detrás de esa sombra está el rincón al que sin conocerlo algún día regresaré.
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