miércoles, 27 de junio de 2012

Un buen reportero es...



Por cuestiones personales llevo un par de días preguntándome qué es lo que hace a un reportero bueno, un poco en una postura de autocrítica al trabajo que llevo desempeñando, de manera formal, desde hace poco más de un año.
Hoy, en un arranque de ocio, y de ganas de dejar de pensar en otras cosas, le hice a dios esta pregunta -uso la palabra “dios” con minúscula para no afectar susceptibilidades pues me refiero a la deidad moderna Google- y su respuesta coincidió con el precepto que tengo.
El primer link que me apareció correspondía a una entrevista que se le hizo a una periodista chilena Mónica González en la cual ella detalla que: “ojos y oídos bien abiertos y sin anteojeras, convicción de que eres una herramienta de los ciudadanos para informarse y un ego bien domesticado”, son las características de un buen reportero.
Además, llamó la atención su explicación sobre para qué sirve el periodismo: “Para que los ciudadanos no se queden sordos, ciegos y mudos a merced del poder y el crimen organizado”, lo cual aplica para los tiempos electorales y la realidad en general del México en el que vivimos.

En otro link me encontré una lista que he decido pegar en la puerta de mi cuarto, como un recordatorio constante. En este sitio, se hace una breve reseña de un libro sobre el periodista Javier Restrepo, quien ha enfocado mucho de su trabajo en los análisis éticos de esta profesión.
Con base a sus conocimientos, y posturas de otros grandes reporteros, Restrepo generó el siguiente decálogo:
El buen periodista debe ser, ante todo, una buena persona;
El buen periodista debe estar orgulloso de su profesión;
El buen periodista tiene un sentido de misión en su ejercicio profesional;
El buen periodista es un apasionado por la verdad;
El buen periodista es autocrítico;
El buen periodista elabora conocimientos y los comparte;
El buen periodista hace periodismo con un objetivo;
El buen periodista tiene el sentido del otro;
El buen periodista es independiente;
El buen periodista mantiene intacta su capacidad de asombro.

¿A dónde me lleva todo esto?
Bueno, tomando en cuenta esto, solo queda preguntarme ¿cómo voy?
Antes que nada, doy gracias a que en ninguna de las descripciones que leí del buen periodista se mencionaba el tener un “temperamento controlado”, porque en ese caso yo hubiera quedado fuera de la clasificación hace mucho.
Decir que uno es bueno o no puede ser un arma de dos filos. De responder lo primero se puede llegar a sonar egolatra; de responder lo segundo uno es su propio peor enemigo.
En mi caso, sólo puedo decir con seguridad que cumplo con al menos dos características del decálogo: estoy orgullosa de mi profesión y soy autocrítica, aunque si, lo acepto, muchas veces soy demasiado crítica y tardo en perdonarme los errores que llego a cometer.
Más que definir si entro en la clasificación de una “buena reportera”, esta duda va más en el sentido de encontrar líneas, ideas que me ayuden a mejorar, a pulir esos pequeños detalles que me faltan, porque sé que hay un largo camino por recorrer, y esta profesión es un aprendizaje diario.

1 comentario:

  1. pues el tiempo lo dirá y solo debes aprender de tus errores y aprender a ver tus errores cosa que creo que es lo mas difícil solo así crecerías mas

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