Todos tenemos equipaje emocional, ya
sea por nuestras propias inseguridades o por las malas experiencias
del pasado, pero siempre al entrar en una nueva relación amorosa es
importante poner todo de frente, y estar dispuesto a luchar con los
demonios internos tanto del nuevo compañero/a y de uno mismo.
El problema es cuando el pasado de tu
nueva novia viene a querer matarte.
Esta es en sí la premisa de Scott
Pilgrim Vs. The World, película basada en el comic del mismo nombre
escrito por Bryan Lee O'Malley, en la cual Scott (Michael Cera) tiene
que luchar en contra de los siete ex's de Ramona (Mary Elizabeth
Winstead) para poder mantenerla a su lado.
La historia tiene infinidad de
referencias a comics, videojuegos, grupos musicales, lo que la hace un ícono de la cultura geek en general.
Más allá de las peleas entre el personaje principal y sus enemigos, en donde salen a relucir espadas y movimientos de artes marciales impresionantes, además de estar representados como enfrentamientos de videojuegos clásicos, la historia se
puede ver en un plano más realista.
Cuando conocemos a una persona que nos
atrae y entablamos una relación, tenemos que enfrentarnos a su
pasado, a los recuerdos de las otras parejas, quienes pueden llegar
a amenazar la relación simplemente por el impacto que dejan en cada
uno.
Las parejas más viejas son las más
fáciles de derrotar, pues si bien siguen en la memoria ya no están
tan aferrados, pero mientras más reciente es la relación más
complicada se vuelve la lucha.
Es cuando nos enfrentamos al ex
inmediato, la persona con la que anduvo el objeto de nuestro interés
antes de nosotros cuando la cosa se vuelve más difícil, pues los
recuerdos siguen latentes y siempre tendrán una forma de meterse en
la cabeza.
Es así, como Scott elimina uno a uno a
los ex novios, hasta que aparece Gideon, el hombre que le rompió el
corazón a Ramona y ella regresa.
Al final, Scott enseña a los
espectadores una pieza clave para cualquier relación: para poder
luchar por alguien más, tenemos que luchar primero por nosotros
mismos, por sanar las heridas que traemos para poder entrar de lleno
en otra relación. En sí, tenemos que recuperar ese amor propio
antes de manifestar amor por alguien más.
Y esto es solo en referencia al pasado de Ramona, pero Scott no se queda atrás. Mientras se desarrolla la historia vamos conociendo de su pasado, de la chica que le rompió el corazón, y las cicatrices que esto le deja, como la inseguridad por su cabello largo.
Ese es uno de los elementos
fundamentales que, a mi parecer hacen de Scott Pilgrim una historia
que vale la pena leer, o por lo menos ver en la película, ya que
logra combinar lo geek con lo emocional, lo cual es la receta
perfecta para esta geeky little girl.